La bronquitis crónica es una enfermedad inflamatoria de los bronquios respiratorios asociada con exposición prolongada a irritantes respiratorios no específicos, incluyendo microorganismos y acompañado por hipersecreción de moco y ciertas alteraciones estructurales en el bronquio, tales como fibrosis, descamación celular, hiperplasia de la musculatura lisa, entre otros.

Causas

Un resfriado puede causar un ataque breve de bronquitis. Otra causa de la bronquitis es el reflujo ácido (también conocido como enfermedad de reflujo gastroesofágico o ERGE), el cual ocurre cuando el ácido estomacal se vierte en la parte superior del tubo digestivo. El reflujo puede irritar las vías respiratorias, causando bronquitis. La contaminación del aire, polvo o emanaciones, también pueden causar irritación que puede llevar a la bronquitis. Respirar el humo del cigarro también puede provocar bronquitis. En todos estos casos, la bronquitis se alivia cuando se elimina el factor irritante.
Algunas veces, si la bronquitis persiste por demasiado tiempo, puede convertirse en bronquitis crónica. Las vías respiratorias, o tubos bronquiales, sufren daño permanente. Aunque el fumar tabaco es la causa más común de la bronquitis crónica, algunas personas pueden contraer bronquitis crónica porque sus tubos bronquiales se han debilitado por infecciones previas.

Síntomas

Los síntomas de la bronquitis crónica empeoran cuando aumentan las concentraciones de dióxido sulfúrico y de otros contaminantes en el aire, y lo hacen aún más cuando los afectados fuman. A menudo las personas no prestan atención a la bronquitis crónica hasta que la enfermedad está en una etapa avanzada, porque creen erróneamente que la bronquitis no supone un riesgo importante. Cuando el paciente finalmente va al médico, muchas veces sus pulmones ya están gravemente lesionados y el riesgo de padecer problemas respiratorios graves o de sufrir un fallo cardiaco es elevado.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante la anamnesis o historia, ya que su definición es la citada de tos y expectoración durante más de tres meses al año, dos o más años.

Es conveniente la realización de radiografías de tórax para descartar una enfermedad subyacente y para tener un punto de comparación para el futuro.

Muchos otros desórdenes cardíacos y pulmonares causan síntomas idénticos a los de la bronquitis crónica.
Las pruebas médicas excluirán estas posibilidades a la hora de realizar un diagnóstico.

Un cultivo de esputo puede indicar la necesidad de otro tipo de antibióticos cuando los síntomas son persistentes o recurrentes o cuando la bronquitis es muy grave.

Tratamiento

Es importante aclarar que la bronquitis crónica no tiene cura y el objetivo principal del tratamiento va dirigido a disminuir el progreso de la enfermedad, las posibles complicaciones y, en los casos de suma gravedad, reducir el número de hospitalizaciones.

No puede curarse, pero el manejo médico adecuado y unos hábitos de vida saludables pueden ayudar a aquellas personas con la enfermedad a gozar de una mejor calidad de vida, aumentar la tolerancia a la actividad física habitual y reducir las perspectivas de complicaciones.

1. Medicación

– Broncodilatadores: Mediante la relajación y el ensanchamiento de los bronquios, estos medicamentos permiten que se introduzca más oxígeno en los pulmones. Hay broncodilatadores en jarabes, en comprimidos o en aerosol.
– Vacunas. Dado que algunas enfermedades comunes, relativamente leves en otros pacientes, pueden presentar graves riesgos para la salud en los pacientes con EPOC, suele recomendarse en estos pacientes una vacuna antigripal (administrada en octubre o noviembre antes del comienzo de la estación de la gripe) y una vacuna contra la neumonía (una inyección de una sola vez).
– Antibióticos: Pueden ser necesarios para tratar una infección respiratoria aguda y, en algunos casos, para ayudar a prevenir una infección bacteriana.

2. Suplementación

– Precursores de glutation. El glutation es una proteina producida por el cuerpo con muchas importantes funciones en el organismo, dos de ellas son: elevar la respuesta inmunologica y contrarestar los efectos del estres oxidativo y revertir el daño de mismo. En casos de bronquitis cronica es sumamente importante poder elevar los niveles de glutation a traves de suplementacion, esto ayuda a pacientes a mejorar dramaticamente su estado general de salud, eliminando muchos de los problemas que ocasiona la enfermedad y previniendo el desarrollo de un enfisema pulmonar. Mejora la funcion inmunologica ayudando a combatir la infeccion, ayuda a mejorar el proceso de desinflamacion, y mejora la capacidad pulmonar evitando el uso de broncodilatadores.

3. Ejercicio

Un programa de ejercicio moderado –siempre bajo supervisión médica– puede ayudar a los pacientes con EPOC a que lleven vidas más activas. La forma física no puede mejorar la función de los pulmones, pero puede aumentar la tolerancia de una persona al esfuerzo, al permitir al corazón y otros músculos utilizar el oxígeno disponible de forma más eficiente. A veces puede ser necesario algún medicamento broncodilatador antes de una sesión de ejercicio.

Son muy importantes los ejercicios de respiración para aumentar la fuerza y la resistencia de los músculos que controlan la inspiración y la espiración, así como ciertas técnicas para ayudar a despejar los pulmones de secreciones mucosas.

4. Nutrición e hidratación

Los hábitos nutricionales adecuados desempeñan una función importante en la forma física y la resistencia a la infección.

Los pacientes con EPOC que experimentan disnea al comer, pueden tolerar mejor comidas más pequeñas y más frecuentes. Pueden estar indicados ciertos suplementos nutricionales si su médico sospecha que no están satisfaciéndose las necesidades nutricionales de un paciente.

Es fundamental para todo paciente con EPOC permanecer bien hidratado(a), bebiendo al menos ocho vasos de agua u de otros líquidos al día, lo que ayudará a mantener una expectoración más floja y fluida, y por lo tanto una tos más eficaz.

Prevención

La bronquitis aguda y la bronquitis crónica no siempre se pueden prevenir. Sin embargo, se pueden tomar medidas para que el riesgo de contraerlas sea menor. Lo más importante es dejar de fumar o no empezar a hacerlo.

Lávese las manos con frecuencia para disminuir la exposición a todo tipo de microbios. Tal vez el médico le recomiende que se ponga la vacuna contra la gripe todos los años y la vacuna contra la neumonía.
Mantener elevados los niveles de glutation en el cuerpo.
No fumar NUNCA. Evitar áreas cerradas donde están fumando otras personas.
Evitar el contacto con personas que sufren resfriados o gripe.
Al primer signo de una infección respiratoria, contactar con el médico.
Respirar siempre por la nariz, como manera de introducir en los pulmones aire más caliente.
En pleno invierno, use una bufanda sobre la boca y la nariz.
En días de especial polución atmosférica, debido al ozono alto u otros contaminantes, permanezca dentro de casa con las ventanas cerradas.
Evite respirar polvo, gases del automóvil, pintura, aerosoles, etc.
Emplee un humidificador si el aire en su hogar es muy seco.
En el futuro, nuevas terapias médicas –ahora bajo investigación– puede que mejoren la calidad de vida de las personas que desarrollan la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica EPOC.
Es evidente, sin embargo, que la mejor manera de prevenir esta enfermedad tan incapacitantes es crear un mundo libre de humo.