El asma es una enfermedad pulmonar con las siguientes características:
- Obstrucción de la vía aérea total o parcialmente reversible, bien espontáneamente o con tratamiento.
- Inflamación bronquial y remodelado (fibrosis) de la arquitectura del bronquio, con infiltración de la mucosa por eosinófilos y otras células, y un mayor o menor grado de fibrosis subepitelial permanente, aún en ausencia de síntomas.
- Hiperreactividad bronquial, o respuesta aumentada de la vía aérea frente a distintos estímulos, pero no específica de esta enfermedad.
De estas características, la inflamación de la mucosa bronquial debe existir siempre para poder hacer un diagnóstico de asma, las demás pueden pasar por periodos de mayor o menor actividad y presencia.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes son:
Tos: más intensa en la noche y en la mañana, se desencadena con los cambios de temperatura, la risa o al respirar profundo. Habitualmente es con escasa expectoración, de color blanco, denso y difícil de eliminar.
Pecho apretado: sensación de opresión que impide la entrada y salida fácil de aire a los pulmones.
Falta de aire: sensación de ahogo.
Respiración sibilante: la entrada y salida del aire produce un silbido, más frecuentemente percibido en posición acostada.
Causas
El asma es la respuesta a determinados estímulos que producen alergia: polen, ácaros que están en el polvo, partículas de la piel de gatos y perros, humo, aire frío, ciertas comidas o aditivos alimenticios. El asma también puede ocurrir por el llanto o la risa fuerte, el estrés, ejercicio físico y ansiedad. Se cree que en respuesta a estos estímulos (alérgenos), los basófilos (un tipo de glóbulos blancos) distribuidos en los bronquios liberan sustancias que causan la contracción del músculo liso y atraen otros glóbulos blancos.
En los niños menores de 5 años, los virus son los principales inductores de hiperreactividad bronquial y, para muchos expertos, la existencia de dos episodios de sibilancias asociados a infección respiratoria se considera ya diagnóstico de asma bronquial. Sin embargo, en los niños escolares, aunque los virus pueden comportarse como desencadenantes de una crisis de asma, una base alérgica demostrada es la responsable de la inflamación de la vía aérea y, en consecuencia, del asma en más del 80% de los casos.
Para desarrollar asma bronquial en la infancia, se describen los siguientes factores de riesgo:
- Historia familiar de alergia.
- Padecer dermatitis atópica y/o rinitis alérgica.
- Exposición permanente a alérgenos en el interior de los domicilios, tales como epitelios de mascotas o ácaros del polvo.
- Abandono precoz de la lactancia materna.
- Infecciones virales repetidas durante la primera infancia.
- Exposición pasiva al humo del tabaco, principalmente cuando la madre es la fumadora.
Tradicionalmente el asma se ha clasificado en:
1. Asma extrínseca: Engloba todos aquellos casos en los que se demuestra la existencia de IgE específica para un alérgeno relevante concordante con la clínica del paciente. Supone aproximadamente entre el 70-85% de los casos, según los estudios. Se denomina también asma alérgica e incluye el asma por inhalantes (pólenes, ácaros, animales, hongos y agentes ocupacionales) y las crisis de asma por alimentos, medicamentos e himenópteros. El asma alérgica puede, a su vez, dividirse en estacional y perenne, en función del ciclo temporal que tengan los inhalantes que lo provocan.
2. Asma intrínseca: Recoge el resto de los casos en los que no es posible identificar una causa alérgica. Ejemplos típicos son el asma asociada a procesos infecciosos, el asma inducido por la existencia de reflujo gastroesofágico o el asma por inhalación mantenida de vapores irritantes. Incluye también los casos de ASA-tríada en los que el asma se asocia a poliposis nasosinusal y/o a intolerancia a AINES (antiinflamatorios no esteroideos) como la aspirina, que desencadenan crisis de asma.
Existe una serie de agentes que, si bien no son causantes del asma, sí pueden desencadenar una crisis en individuos asmáticos:
- Contaminantes ambientales, como partículas de motores diesel, ozono, óxido nitroso y compuestos azufrados, pueden propiciar una crisis asmática. En los días de mayor contaminación ambiental se ha comprobado una mayor demanda en los servicios de urgencias por crisis de asma. Además, la contaminación puede aumentar la potencia de algunos alérgenos, como ciertos pólenes (el más estudiado es el abedul).
- El humo del tabaco tiene un efecto irritante directo sobre la mucosa de los bronquios, lo que perjudica aún más la función respiratoria de los pacientes asmáticos. Por otra parte, parece aumentar la posibilidad de desarrollar asma en los niños expuestos de forma pasiva, posiblemente por un efecto también irritativo de la vía aérea.
- La inhalación de productos irritantes como la lejía, amoníaco, etc. por su efecto irritativo sobre la mucosa de la vía respiratoria.
- El ejercicio puede producir una obstrucción de la vía aérea, especialmente si se realiza en un ambiente frío. El aire se debe calentar antes de llegar al alvéolo pulmonar, acción que normalmente se realiza en la mucosa nasal. Cuando hacemos ejercicio, los volúmenes de aire movilizados son mayores y no es posible calentarlos adecuadamente por la mucosa nasal, por lo que es la mucosa bronquial la que realiza parte de dicho cometido. Esto puede originar alteraciones locales en la mucosa, ya afectada previamente, que derivan en crisis de asma.
- Fármacos: Los betabloqueantes (usados en el tratamiento de la hipertensión arterial, cardiopatía isquémica y glaucoma) pueden provocar una crisis de broncoespasmo en pacientes asmáticos. La toma de aspirina y otros AINES puede desencadenar una crisis en asmáticos con ASA-tríada que padecen intolerancia a antiinflamatorios no esteroideos.
El diagnóstico del asma se basa, fundamentalmente, en la realización de una exhaustiva historia clínica. El paciente tiene tos (con o sin expectoración), sensación de falta de aire, sibilancias y/u opresión torácica (sobre todo con el esfuerzo o por las noches). Con frecuencia se asocia sintomatología nasal y/u ocular. Además, hay que valorar la posible asociación de los síntomas con una mayor concentración de alérgeno en el ambiente.
Los síntomas referidos no siempre están presentes al mismo tiempo. Con frecuencia, sobre todo en la infancia, el único síntoma es la tos. Dependiendo de la intensidad y frecuencia de sus manifestaciones, el asma se clasifica por su intensidad en asma episódica, leve persistente, moderada y grave. La mayor parte de los pacientes tienen los primeros grados de la enfermedad y muchos no piensan que lo que realmente padecen es asma.
Tratamientos y recomendaciones
Un ataque de asma puede prevenirse evitando las causas que lo provocan. En cuanto a los fármacos que se utilizan para aliviar los ataques de asma se pueden mencionar a los broncodilatadores, que se administran en comprimidos, líquidos o aerosoles.
Elevar los niveles de glutation mediante precursores ha demostrado ayudar a eliminar la broncoconstriccion, y mejorar radicalmente el estado de pacientes con asma bronquial.
Estos últimos se usan en general como preventivos o, en caso de necesitarlo, para frenar un ataque de asma repentino. La inhalación de la medicación permite que el fármaco actúe directamente en el lugar de la obstrucción.
También se pueden usar nebulizadores (el fármaco se mezcla con una vaporización de agua) para llegar a los pulmones a través de la inhalación. Se aplicará la medicación por inyección cuando no se consiga aliviar los síntomas por otras vías. Los corticoides se utilizan para prevenir y aliviar los síntomas.
Se pueden administrar vía oral, por inyección o vía inhalatoria. Cuando se producen ataques de asma, se usan en general los mismos fármacos pero en dosis más elevadas. Si es necesario, se administran oxígeno y antibióticos. En algunos casos se debe hospitalizar a la persona para mejorar la dificultad respiratoria, incluso recurrir a respiración asistida.
Tratamientos naturales
El asma bronquial generalmente es entendida como una alergia pero es importante considerar que ciertos estados de ansiedad o estrés pueden desencadenar los ataques y/o muchas veces agudizarlos.
Elevar los niveles de glutation regula las funciones del sistema inmunologico, lo que ayuda a evitar estados que desencadenen ataques asmaticos. Ademasayuda a evitar la broncoconstriccion y a mejorar radicalmente el estado de pacientes con Asma bronquial.
Dichos ataques de asma bronquial se presentan en horarios más bien nocturnos y consisten en alteraciones en la respiración (llegando en ocasiones al ahogo) y mucha agitación.
Ambos síntomas van en aumento durante el ataque por eso es necesario brindar cuanto antes alivio a quien padece de asma bronquial. Estos cuadros de alergia severos tienen curación pero en su mayoría es factible evitar que se produzcan teniendo presente una serie de factores que pueden llegar a provocarlos.
Consejos para la prevención del asma bronquial
- Evitar el contacto con mucho polvo tratando de utilizar algún tipo de barrera en boca y nariz al momento de realizar algún tipo de limpieza;
- Tratar en lo posible de no permanecer en lugares muy húmedos (como por ejemplo sótanos);
- Evitar la exposición al frío y/o a cambios bruscos de temperatura; tratar de no consumir tabaco y en caso de hacerlo, disminuir al mínimo posible el consumo;
- Intentar evitar excederse en el peso en tanto un sobrepeso exige mayor esfuerzo respiratorio.
- Mantener elevados los niveles de glutation
Medicinas naturales para el asma infantil
Ahora veremos recomendaciones que, si bien son extensivas a todos los asmáticos, no pueden dejarse de lado nunca para el asma infantil. La habitación de una persona con reiterados ataques asmáticos de este tipo debe tratar de ser un lugar ni muy húmedo ni muy seco. Una vez desencadenada la crisis asmática se buscará ayudar al enfermo a encontrar una posición cómoda para poder respirar mejor sin tanto esfuerzo, por ejemplo sentado.
En cuanto a las medicinas naturales para el asma infantil, empezaremos por lo que se ingiere, por la vía oral. La alimentación recomendable para un niño que padece de asma bronquial debe incorporar alimentos como ser yogures, ajo, cebolla, zanahoria. Este tipo de alimentos reducen la aparición y la intensidad de los ataques. Como métodos de curación caseros, se recomiendan baños de orégano (hervir 50 gr. en un litro de agua) o plantas con efectos calmantes como el tilo y la verbena. Estas plantas se utilizan para sedar al paciente al momento de la crisis asmática. Una infusión con muy buenos resultados consiste en la mezcla de hojas de fárfara, tomillo y eucalipto en cantidades iguales. Tomar dos cucharaditas y realizar una infusión de diez minutos en una taza de agua.